En los últimos años, la inflación ha afectado significativamente a los contratos de larga duración. Desde 2020, hemos visto un notable aumento del Índice de Precios al Consumo (IPC) debido al encarecimiento de las materias primas, la pandemia y conflictos internacionales como la guerra en Ucrania. Estos factores han obligado a muchas empresas a ajustar los precios en contratos de largo plazo, tales como los de arrendamiento, suministro y agencia.
Si bien cláusulas como la rebus sic stantibus, el caso fortuito o la fuerza mayor pueden aplicarse en circunstancias extremas, no siempre son la solución ideal. La clave está en contar con contratos bien estructurados desde el inicio, para evitar problemas futuros y asegurar la estabilidad financiera de ambas partes.
Contratos de tracto sucesivo y su vulnerabilidad frente a la inflación
Un contrato de tracto sucesivo es aquel que se ejecuta a lo largo del tiempo, con obligaciones continuas o periódicas. Este tipo de contratos, como los de arrendamiento o suministro, son vulnerables a la inflación y, sin los mecanismos adecuados, pueden generar desequilibrios económicos entre las partes.
La inclusión de cláusulas de estabilización es fundamental para proteger los intereses de ambas partes, sobre todo en contratos como el arrendamiento, donde el IPC se utiliza comúnmente para ajustar las rentas. En el caso de los contratos de agencia, donde los pagos se calculan como un porcentaje de las ventas, el ajuste a la inflación ocurre de manera natural, ya que los precios de los productos y servicios tienden a subir con el tiempo.
¿Cómo evitar los efectos de la inflación en los contratos de larga duración?
Para mitigar los impactos de la inflación en los contratos de larga duración, es recomendable incluir varias medidas preventivas:
La cláusula rebus sic stantibus: una solución extrema
En situaciones donde no existen mecanismos de ajuste contractual y se produce un cambio imprevisible, la cláusula rebus sic stantibus puede ser invocada. Sin embargo, esta cláusula debe ser utilizada solo como último recurso, tal como ha señalado el Tribunal Supremo en varias sentencias. Para su aplicación, deben cumplirse ciertos requisitos:
Los contratos de larga duración deben estar protegidos frente a la inflación mediante cláusulas de ajuste adecuadas. Aunque la cláusula rebus sic stantibus puede ser una solución en casos extremos, lo mejor es contar con un contrato sólido que prevea estas circunstancias. En Globalway Abogados, somos expertos en ofrecer soluciones personalizadas y adaptadas a cada negocio ( autónomos, empresas y startups). Si necesitas firmar un nuevo contrato, revisar o renegociar tus contratos, contáctanos para obtener un asesoramiento legal ajustado a tu realidad empresarial.
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