¿CÓMO HA AFECTADO EL CONFINAMIENTO A UN ESTUDIANTE DE MÁSTER?

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Hola a todos, mi nombre es Celia y, desde bien pequeña, mi objetivo fue llegar a ser una buena abogada, o al menos hacer todo lo posible para llegar a serlo, lo cual estoy cumpliendo, ya que a mis 18 años me trasladé de Lleida a Salamanca para estudiar el Grado en Derecho. Imagino que os habréis preguntado ¿por qué Salamanca? Pues bien, es una ciudad universitaria que está hecha a la medida de los estudiantes: es una ciudad llena de historia que cuenta con una buena universidad, precios asequibles para los alumnos (y sus padres) y con una buena gastronomía. 

Con 22 años, decidí cursar el Máster de Abogacía, pero, en esta ocasión, preferí cursarlo en una gran ciudad llena de oportunidades, en una universidad conocida y que contara con un programa de calidad y buenas opciones para hacer las prácticas. Por ello, en la actualidad, me encuentro cursando dicho Máster en la Universitat Pompeu Fabra – Barcelona School of Management.

El Máster está orientado a dotar a los alumnos de conocimientos más prácticos, todo ello para prepararnos como futuros profesionales. Es por esto que el Máster, junto a los tres trimestres de sesiones presenciales -en las que volvemos a estudiar, en líneas generales, lo relevante de cada orden jurisdiccional- cuenta con una parte práctica que tiene una duración aproximada de 4 meses.

A estas prácticas se las denomina prácticas curriculares, puesto que son obligatorias para cualquier alumno del Máster. No obstante, cabe la posibilidad de cursar prácticas extracurriculares, es decir, prácticas que se realizan de forma voluntaria por el alumno, puesto que ninguna incidencia tiene a nivel académico, pero que sí sirven para adquirir más experiencia. 

Cuando supe que cabía la posibilidad de cursar prácticas extracurriculares durante el curso no dudé en que debía aprovecharlo. Tenía la oportunidad de que un abogado me enseñara todo aquello de lo que yo carecía: ¡práctica! 

Y así hice, presenté mi candidatura para que me entrevistase un despacho que necesitaba un estudiante en prácticas. En aquel momento me vi con las ganas y la motivación suficiente como para empezar mi camino como futura abogada, y no me equivoqué. 

Desde enero me encuentro trabajando en el despacho GLOBALWAY ABOGADOS.

Me ilusionó mucho la idea de trabajar y estudiar a la vez, soy una persona inquieta a la que le gusta mantenerse cuánto más ocupada mejor. Debo admitir que algunos días llegaba bastante cansada a casa, pero había valido la pena.

Fue en el momento en el que me iba acostumbrando a ese ritmo cuando la aparición de la COVID-19 lo cambió todo. 

Mi labor en el despacho se basaba en ir revisando expedientes y darles impulso procesal, junto con alguna otra tarea que me encomendaban, tareas que difícilmente puedo llevar a cabo desde casa, sobre todo la del impulso procesal. No obstante, desde el despacho han sido capaces de buscar tareas que pueda realizar, todo ello para no dejar de aprender y sacar el máximo rendimiento a este período de prácticas.

La parte positiva que puedo extraer de esta nueva forma de realizar las prácticas, mediante el teletrabajo, es ver cómo se involucra el tutor en aras de continuar ejerciendo su labor como “profesor” buscando las mejores opciones para que continuemos aprendiendo, es algo muy reconfortante, hace que te sientas mucho mejor al saber que cuentan contigo y no se olvidan de que somos futuros abogados con muchas ganas de aprender.

Por lo que se refiere a las clases, el Estado de Alarma se decretó justo unos días antes de iniciar la semana de exámenes, por lo que supuso todo un revés. Así pues, desde la Universidad se vieron obligados a cambiar los métodos de evaluación, debíamos superar un examen tipo test, como estaba previsto, pero de forma online. 

En la actualidad estamos en el tercer trimestre y el ritmo del Máster impide posponer las sesiones programadas para estas fechas, por lo que desde la Universidad optaron por impartir algunas sesiones a tiempo real, lo cual posibilita a los alumnos a interactuar con el profesor mientras da la clase; otras mediante vídeos de los profesores dando la materia o subiendo documentos al campus virtual. Los exámenes, por tanto, también se realizarán de forma online, en formato test, como veníamos haciendo durante el curso. 

La problemática que plantea esta situación radica en el hecho de que los alumnos vemos limitadas nuestras opciones laborales. Es decir, aquellos que no hubieran firmado convenio de prácticas viven la situación con una incertidumbre añadida, ya que deben encontrar un despacho antes de junio –aunque desde la Universidad tendrán en cuenta esta circunstancia y el cómputo de los 4 meses se iniciará en el momento en el que los alumnos empiecen las prácticas, aunque sea en septiembre- y los que ya estábamos realizándolas, debemos seguir trabajando y aprendiendo de una forma más complicada, alejados de los expedientes.

Para concluir, otra cuestión que queda abierta es la realización del Examen de Acceso a la profesión de Abogado, puesto que se suspendió la convocatoria semanas antes de su celebración, por la situación que estamos viviendo. En mi opinión, deben velar por la realización del examen de la forma más fiel posible a la que ya se venía haciendo, mis compañeros están a la espera de una respuesta, que espero llegue pronto.

Espero que os haya gustado este artículo, cuidaos mucho.